La posesión ilegal de una sustancia controlada con la intención de entregarla es un cargo de delito grave. Muchos cargos de entrega no son elegibles para la libertad condicional y conllevan sentencias de prisión obligatorias y, a veces, prolongadas. Dichas sentencias pueden extenderse en función de los antecedentes penales previos del lugar o las circunstancias del cargo. Por ejemplo, la entrega de una sustancia controlada en un parque o escuela se considera mucho más grave que en otros lugares. La entrega mientras se posee un arma también podría aumentar en gran medida la sanción potencial que enfrenta una persona.

A menudo, Harter & Schottland buscará eliminar las pruebas obtenidas en los casos de entrega cuestionando la forma en que se descubrieron, al igual que en los casos de posesión, utilizando los principios de búsqueda e incautación y la regla de exclusión. Esa regla establece que una persona no puede ser procesada con pruebas obtenidas ilegalmente. Otras veces, los abogados de Harter & Schottland cuestionan las pruebas circunstanciales del gobierno. Por ejemplo, la posesión de una gran cantidad de una sustancia puede no ser prueba de intención de entrega. A veces, las personas compran drogas en cantidades mayores para adaptarse a un hábito mayor o para no tener que comprarlas con tanta frecuencia. Poseer una balanza no prueba automáticamente que la persona esté traficando con drogas. Con la misma frecuencia, los usuarios poseen básculas para confirmar el peso de una sustancia que compraron.